domingo, 11 de julio de 2010

Joaquín Leguina: Unanimidades y silencios

(Publicado en el Blog de Joaquín Leguina)

El contencioso que –según algunos catalanes- ellos tienen contra el resto de España y los misteriosos agravios que avalan ese contencioso han dado lugar, últimamente, a grandes unanimidades. En efecto, con esto del Estatuto, un día sí y otro también, aparecen por aquellas y por estas tierras “editoriales conjuntos”, “artículos colectivos” y otras muchas unanimidades políticas. Y destaca, sobre todas ellas, la unanimidad de los partidos allí operantes: CiU, PSC, ERC e Iniciativa. Todos nacional-catalanistas, todos quejicas y victimistas…y todos amenazantes, asegurando –entre otras lindezas- que “el pacto constitucional está roto” (¿unilateralmente?) o que algo discutido hasta la saciedad y entonces rechazado está hoy vigente, como es el caso de un imposible: “la España plurinacional”.

La lógica a la que obliga cualquier diálogo argumentado ha desaparecido del foro público catalán. Foro en el cual sólo está permitido expresarse en la “lengua propia” (como si el castellano hubiera llegado a Cataluña e impuesto allí de y por la mano de Franco). Foro monopolizado por un solo discurso: el nacionalista. Espacio en el que cualquiera se envuelve en la “senyera” y se pone a hablar –sin ruborizarse- en nombre de Cataluña.

Pero en democracia toda unanimidad es sospechosa, y ésta, desde luego, lo es, precisamente porque oculta una dolorosa realidad: la de la endogamia impuesta por una clase dirigente encantada de haberse conocido. Endogamia y unanimidad cuya expresión más sangrante consiste en el siguiente hecho diferencial: en casi todas partes hay ladrones dentro de los partidos, pero Cataluña es el único lugar de España en el cual los cacos de los diferentes partidos roban juntos.

Su escaso pluralismo político ha hecho de la democracia catalana una democracia muy pobre que ha encontrado una inesperada complicidad en el clamoroso silencio de los dos grandes partidos españoles (PSOE y PP). Un silencio que otorga crédito a los disparates jurídicos, políticos e ideológicos con los que la clase política catalana nos maltrata a todos… y en primer lugar a los catalanes. La sociedad catalana es prisionera hoy de una clase política que la condena a mirarse continuamente su propio ombligo..
 
NOTA DEL BLOGUERO: D. Joaquín Leguina olvida que no todos los partidos políticos catalanes se suman a este aquelarre de voluntades políticas, a esta unanimidad victimista y anti-constitucional. Existen dos honrosas excepciones: Ciudadanos (C's), y en ocasiones, que no siempre, el PPC. Ambos partidos defienden la Constitución, y rompen esa "omertá" catalana que tiene más tufo a "cosa nostra" que a clase política al servicio de los ciudadanos.

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