miércoles, 22 de agosto de 2007

CARTA DE CARLOS DIAZ AL SR. CAROD PEREZ-ROVIRA

La reacción de Carod ante las críticas de Ciutadans


Carta al Sr Carod.

Poco antes de comer he estado leyendo en la prensa la reacción que ha tenido el Sr.Carod ante las críticas del Parlamentario de Ciutadans-Partido de la Cíudadania José Domingo ante la asistencia de este en calidad de Presidente de la Generalitat de Catalunya en funciones al funeral del Sr. Xirinacs diciéndoles tanto al PP como a C’s “que el tiene todo el derecho a ir al funeral” y que si no les ha gustado a ambas fuerzas lo que ha hecho “que se aguanten”

El problema Sr.Carod no está en que usted vaya o deje de ir a un funeral sino que ha ido a este representando a una institución pagada con dinero de los ciudadanos en calidad de Presidente en funciones dando un cierto reconocimiento público a una persona que estuvo condenada por enaltecimiento por terrorismo por la Audiencia Nacional, que con sus comentarios legitimaba el terrorismo de ETA, que se declaro “enemigo de España y amigo de ETA” , que comento que la culpa de las muertes del atentado de Hipercor fueron de la Policía Nacional por evacuar el edificio a tiempo entre otras “perlas”.

El problema Sr.Carod es que usted esta dando reconocimiento público y ha intentado presentar a este Sr como una especie de “mártir”, cuando este encarnaba unos ideales que el mundo de la política incluyendo su partido en estos años no quiso tener en cuenta ya que resultaban extremadamente alejados de la realidad.

El problema Sr.Carod es que este hecho en cualquier otro país del mundo sería visto como un escándalo y que si usted fuese ministro de cualquier nación donde imperara el sentido común usted hubiese sido destituido pero como esta usted en el “oasis catalán” pues se da “ la vuelta a la tortilla” , acusando a los medios que le reprochan y le critican como “irrespetuosos”.

El problema Sr.Carod es que en el Partido Socialistas de Cataluña nadie haya dicho nada, que Montilla este callado sobre este asunto y que ningún militante de esta formación se haya indignado en público ante un señor que justificaba a los asesinos de Ernest Lluch.

En definitiva que usted ha manchado otra vez la dignidad de una Institución Pública

Carlos Díaz.
“Sr.Carod el problema no esta en que usted vaya o no, sino en función de que va como Presidente en funciones de la Generalitat”

AIXI, XIRINACS! por Arcadi Espada

Artículo de Arcadi Espada, publicado en EL MUNDO, del 15-08-07, y en su blog personal:


De una campaña electoral remota se me quedó en la cabeza el anuncio con que mosén Xirinachs pedía el voto. Presentaba el hombre sus propuestas, firmes y severas, tipo no me volveré a sentar hasta la total independencia de Cataluña, y un coro clamaba después de cada demostración de fuerza y clarividencia: ¡Ai-xí-Xi-ri-nachs! Ahora, y con motivo del suicidio, el coro ha vuelto. ¡Ai-xí-Xi-ri-nachs! Si en el pasado, y tras la rítmica y febril exclamación, se sentaban, ahora han seguido en sus quehaceres. Él muerto y ellos haciendo el vivo, según la costumbre. En el coro ha destacado el expresidente y expañol del año, Jordi Pujol, autor de unas declaraciones asombrosas. Ha dicho Pujol que el suicidio de Xirinachs le interpela profundamente. ¡Ai-xí-Xi-ri-nachs!, quins collons que has tingut. Pero ni un paso más allá.

No es fácil encarar la podredumbre moral de estas reacciones, tal es su espectro. La primera afecta al propio suicidio. Estos varones católicos no han tenido pudor a la hora de otorgarle sentido. Convencionalmente persiguen el suicidio allí donde se muestre; claman contra el hecho de que los periódicos den noticia de él, no sea que genere emulación (¡y ahora lo emularían si tuvieran los dos collons!); esgrimen la ley de Dios contra el zafio orgullo mundano de que el hombre se crea dueño de su cuerpo; nada de eso les ha importado: apenas disimulan que el suicidio de Xirinachs les ha parecido un acto heroico. Item más: juzgan que se ha tratado de un acto realista. ¡Hay motivo! El hecho de que alguien explique su suicidio porque no quiere seguir siendo un esclavo en tierra ocupada lo encuentran digno de interpelación. Real; extremado, pero real. Les interpela. Ellos que se han llenado mil veces la boca para asegurar que la independencia no vale una vida, celebran ahora la extinción sacrificial. Cordero de Dios. ¿Con qué autoridad se dirigirán ahora a los que quieran convertirse en mártires, y lo que es peor, convertirnos en mártires. ¿Acaso no acaban de decir que la muerte por razones políticas tiene sentido?

Sin embargo, lo peor de los graves, enfáticos y comediantes hermeneutas es la complicidad de fondo con el suicida que han querido demostrar. Eras de los nuestros, le han cantado. Desdichado Xirinachs. Él, que escribió tres gruesos volúmenes estrictamente destinados a demostrar la traición de los líderes; él, que los despreciaba de un modo radical, que actuó siempre como el senador más votado de Cataluña y que los observaba desde una doble superioridad, democrática y divina, completamente trastornada, él comprobaría ahora que lo peor del suicidio es la imposibilidad de réplica a las necrologías. Al cínico “¡Així, Xirinachs!” con el que los nacionalistas han concelebrado su misa negra.

(Coda: “Amigos, aceptadme este final absoluto, victorioso, de mi combate, para contrapuntear la cobardía de nuestros líderes , masificadores del pueblo. Lluís M. Xirinacs i Damians. Barcelona, 6 de agosto de 2007.” Traducido del catalán)

INTEGRISMO CATALANISTA

Artículo de Vicente Casal, publicado en www.amartorell.com

http://www.amartorell.com/html/public/portal?showContent=SECCIONS&content=42699

El integrismo catalanista

Muchos son los halagos que se ha llevado esta semana Xirinacs, después de quitarse la vida de la manera más cobarde en un acto de "libertad patriótica", segun él. Ahora que està de moda adular a los que ya no están, hemos desayunado estos días con alabanzas por parte de la mayoría de políticos catalanes enalteciendo la figura de quien fuera símbolo de la libertad en épocas de dictadura. Son los mismos que después de utilizarlo cuando les interesó, lo introdujeron en su caja de trastos usados, desfasados e inservibles y le dieron cómodo retiro para evitar la molestia de escuchar frases que salían de su boca totalmente caducas, desfasadas y que ya no les interesaba escuchar.
Nada justifica un suicidio a mi modesto entender. De todas maneras aunque no justifica si que puede ser comprensible en casos de depresión, abandono sentimental, ruina económica, o pérdida de hijos. En el caso de Xirinacs, ninguna de estas razones se cumple salvo una quinta, que podría ser la pérdida del jucio. Va por delante que esa es una decisión que pone al nazionalismo actual a la altura del integrismo islámico viendo los paralelismos existentes entre la muerte de Xirinacs, acompañada de una misiva en forma de despedida semejante a la que dejan los jóvenes mártires islámicos que se graban delante de una cámara de video, kalashnikov en mano, dando su último adiós a los suyos a la espera de ser recibidos en el cielo por Alah y 20 vírgenes para ellos solos.
Este talibanismo catalán, ha quedado patente a la vista de las reacciones de determinados políticos, las unas esperadas y otras cuando menos sorprendentes. Para el que no lo sepa, Xirinacs fue un sacerdote que se hizo famoso durante la dictadura y la transición, exigiendo con buen criterio la absolución y aministía de todos los presos políticos que dejó el régimen franquista, postrándose a las puertas de la cárcel modelo para reclamar su libertad, agredido humillado, vejado y encarcelado por sus ideas, ex-candidato al premio Nobel de la paz y senador más votado en las primeras elecciones democráticas de este país.
Hasta ahi, todos diríamos que se ha ido una gran persona. De todas maneras, en mi opinión, fue una persona que vio como su lucha se quedaba obsoleta y no supo adaptarse a los nuevos tiempos de democracia, libertad y respeto hacia las ideas de los demás. En épocas de guerra o de dictadura donde la palabra no puede ser utilizada, es comprensible que las pistolas y lucha armada sean las que hablen. Eso no sólo ha pasado en España. Lo hemos visto durante la resistencia francesa a la ocupación alemana, sucede en Cuba y en infinidad de territorios donde la libertad brilla por su ausencia.
Ahora bien: en un país donde nadie va a prisión por sus ideas, (salvo hacer apología del terrorismo o genocidio), donde hay partidos políticos para todos los gustos, donde la televisión pública y los medios da cabida a este tipo de demandas y donde las libertades indiviudales y colectivas han alcanzado su punto más alto en la historia de España, han quedado obsoletas este tipo de reivindicaciones de la manera que él lo demandaba. Justificando la muerte de inocentes en pos de unos ideales que raramente se podrán cumplir. Que manden las palabras, no las pistolas.
Digo esto porque Xirinacs en una de sus últimas intervenciones públicas en el año 2002, durante la celebración del 11 de septiembre en el "Fossar de les moreres", perdió toda su credibilidad, y coherencia al proclamarse "enemigo del estado español y amigo de ETA".
Perdió la credibilidad al proclamarse amigo de quienes asesinan cargos electos como lo fue él. Perdió la coherencia, porque seguir las tésis de Ghandi, o sea la "no violencia" y llamarse a la vez amigo de ETA, los que utilizan el tiro en la nuca, el secuestro y la extorsión, son dos conceptos contrapuestos y totalmente incompatibles. Otra muestra más de incoherencia fue defender a los terroristas que asesinan niños e inocentes, una persona que había sido sacerdote, obviando la importancia de quinto mandamiento cristiano. Por ahi tambien me duele, soy cristiano y aunque no practico lo que debiera, continuo creyendo en Diós, en Cristo y en su gran legado, sintiéndome por tanto estafado por un miembro que se dedicó a jugar a dos bandas.
Hablando de las reacciones políticas de los diversos grupos, como he comentado anteriormente esperaba las palabras tanto de ERC, ICV y CIU en la linea del adulamiento post mortem , ya que son partidos que suelen hacer guiños a los radicales de manera habitual.
Lo que si que me ha sorprendido es leer las declaraciones del PSC en las que manifiesta el dolor por su marcha, destacando su "lucha contra la falta de libertades durante la dictadura franquista y su defensa de Catalunya", obviando de manera flagrante que el mismo sujeto fue quien declaró ser amigo de los asesinos de Ernest Lluch, Juan María Jáuregui y otros tantos cargos electos de su propio partido, más comprometidos con las libertades que lo fue Xirinacs. Debe ser doloroso para los familiares y amigos de las víctimas socialistas de los asesinos de ETA, el ver que el partido e ideas que defendieron los suyos y que a la postre les costó la vida, son traicionadas en aras de futuras coaliciones post-electorales, anteponiendo el amor al cargo y a la silla que a la coherencia y el respeto a los que ya no están y se dejaron la vida para que ellos puedan seguir representando las mismas siglas.
En definitiva se ha ido un mártir para unos y un lunático para otros. Haciendo mías las palabras de un compañero mío de partido:
"Que lleves tanta paz, como tranquilidad dejas"

Vicente Casal Carriedo

martes, 21 de agosto de 2007

MADRID ES UN CAOS ¿O QUIERO DECIR BCN?

Antonio Robles
http://www.libertaddigital.com/opiniones/opinion_38863.html

Madrid se retrasa, se para, se colapsa, Madrid se apaga. Es la capital del caos, una aldea de medio pelo tercermundista. No hay día en que los metros no se paren y sus obsoletas infraestructuras se desconchen. Sus redes no llegan a los barrios periféricos, sus autovías y autopistas se colapsan cada fin de semana, ya nadie confía en los desplazamientos aéreos; para colmo, la red eléctrica se desploma dejando empresas, restaurantes y oficinas fuera de servicio durante semanas.
¿Qué hubiera pasado si el caos de Barcelona hubiera sido en Madrid como describo más arriba? Pues algo así: "¿Hasta cuando tenemos que sufrir los catalanes esta afrenta? ¿Por qué nos hemos de resignar a vivir en África, pudiendo ser europeos? España es un mal negocio. Madrid, corte y villa de militares y curas, aristócratas y arrendatarios, todas gentes ociosas y rentistas. Cataluña ha de desengancharse de regiones enteras viviendo del paro y del cuento a costa del saqueo de la balanza fiscal catalana. El abuso histórico se hace tan insoportable que uno de nuestros mayores patriotas, Xirinacs, se acaba de quitar la vida para dejar de ser 'un esclavo en unos Països Catalans ocupados por España, Francia e Italia'."
Ante los reveses o catástrofes de ciudades o comunidades autónomas, el Estado reacciona ayudando; en cambio, la actitud del nacionalismo ante las desventuras o fracasos del proyecto español es la de largarse.
Demasiado tiempo creyéndonos el ombligo del mundo, en Cataluña hemos ido de sobrados, mirando por encima del hombro a la España tercermundista en la que todo nacionalista tiene necesidad de creer. No se han dado cuenta que hoy las Hurdes están en los túneles del barrio barcelonés del Carmelo y las fábricas y liceos de principios del siglo pasado en cualquier bosque de grúas de Madrid, Valencia o el desierto del Ejido.
Esta retahíla de estereotipos ya no se los cree casi nadie, ni siquiera quien aún los sigue utilizando en Cataluña. Alguna cosa buena tenía que tener el caos que estamos viviendo en Barcelona. Es el primer fracaso real del nacionalismo. Suele pasar: toda mentira colectiva convertida en realidad virtual acaba por desmoronarse ante la realidad a secas. Y como no hay mejor cuña que la de la misma madera, han debido ser los números del presidente de Endesa, Manuel Pizarro, quien, en comparecencia en el Parlament de Cataluña el pasado 13 de agosto, desmintiera con sus cifras el constante victimismo del nacionalismo empeñado en acusar al Estado de expoliar la economía de Cataluña: FECSA-Endesa realizó en Cataluña el 40% de sus inversiones, la mayor del Estado, a pesar de que los beneficios dejados han sido del 22%.
Son ya demasiados años perdidos en la obsesión nacional, demasiadas energías políticas concentradas en cuestiones menores como la identidad y la lengua. Tanto autismo nacionalista nos ha impedido centrarnos en los problemas reales de cualquier sociedad: el paro, la vivienda, la sanidad, la educación, los transportes, la seguridad, las infraestructuras, etc. Y ahora, después de 27 años de abuso, el exceso comienza a pasar factura. Mientras Barcelona dilapida su fama de ciudad productiva, europea, cosmopolita, abierta, tan costosamente construida durante más de un siglo y medio, Madrid se abre al mundo, construye kilómetros de metro para unir la capital con el cinturón rojo, crea y descentraliza hospitales, proyecta peatonalizar todo el centro o sotierra la M-30 bajo el río, recupera la Ribera del Manzanares, construye tres veces más pisos de protección oficial que en Cataluña y se convierte, más que nunca, en el rompeolas de todos los exiliados de España.
El problema no es de los catalanes, sino del nacionalismo. De cualquier nacionalismo. Sirva para demostrarlo una anécdota: En el artículo de hace dos semanas: Vinos de Arribes del Duero, donde trataba de reivindicar viñedos, paisajes y formas de vida de una región muy empobrecida, recibí varios correos indignados por situar a la tal región de los Arribes en el "extremo oeste de la meseta castellana". A los leonesistas les ha parecido una afrenta a su identidad. Era todo lo que les preocupó del artículo. Mientras, el problema vital y real de esta región no les mereció ni un solo comentario.
Esta obcecación por las señas de identidad y el ombligo lleva al nacionalismo a crear problemas donde no los hay y a dejar de resolver los que merecerían atención. Si en vez de abrir embajadas en el extranjero, dedicaran ese dinero a liberar peajes en las autopistas, o si en vez de repartir cientos de millones públicos a asociaciones independentistas en Baleares, Valencia, el Alguer o Québec, los dedicaran a revisar las infraestructuras eléctricas tendrían para bien poco, pero al menos su atención estaría centrada en los problemas reales.
Barcelona y Cataluña han de aprender de los hechos. Durante décadas una y otra han estado a la cabeza del bienestar en España. Su declive ha comenzado con los nacionalistas. Rectificar es de sabios.

ANTONIO ROBLES