¡Cómo somos los hombres! seguimos hablando de coches, y de los políticos que tenemos. Y todavía, después de todo lo que hemos leído estos días, seguimos encontrando artículos interesantes en la prensa. Reproduzco a continuación el de Josep Pernau, en EL PERIODICO de hoy.
OPUS MEI
De Benach a Mouriño, ¿y mañana?
JOSEP Pernau
Era previsible que ocurriría: que en algún lugar de las Españas aparecerían otros coches oficiales merecedores de un galardón en un selecto Salón del Automóvil. Ahora ha sido en Galicia, donde ya todo el mundo sabe que su presidente, Emilio Pérez Mouriño, maneja un modelo tasado en 480.000 euros, dotado de toda clase de detalles que aumentan su confort. Y dicen que ha sido el PP el denunciante de la joya, detalle que no impide que un dirigente del partido de Manuel Fraga se haya inspirado en el mal ejemplo de Ernest Benach. Cada uno con su ideología, pero el coche oficial, cuanto más caro, mejor. La militancia les separa, pero el buen gusto por los coches de marca les hermana. Uno de Esquerra Republicana y el otro del PSOE, seguramente no pactarían un tema político. En cambio, no sería problema el consenso en favor de dotar a los parlamentarios de un doble premio: el escaño y un automóvil de marca.
Que nadie se sorprenda si ve ahora a un alto cargo al volante de un utilitario. Un aviso en Catalunya y otro en Santiago evitarán que aparezcan un tercero, un cuarto, un quinto y un enésimo caso del mismo cariz. Una vez más se ha demostrado la utilidad de la prensa. Los coches que les comprometían están ahora en paradero desconocido y al conductor lo han colocado en el servicio de ir a buscar cafés, tan importante en la Administración pública española.
Las corrupciones publicadas son la madre de todas las austeridades. Vivimos tiempos de precariedades y escaseces motivadas por la crisis. Si a algún alto cargo --de 600, ahora, pero de Mercedes hace una semana-- le piden una conferencia sobre el declive económico, aceptará encantado, y en la charla pondrá poesía al ahorro y a la moderación en el gasto.
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