sábado, 9 de febrero de 2008

LOS OBISPOS Y LAS ELECCIONES

Al hilo de las recomendaciones "electorales" que nos han hecho desde la Conferencia Episcopal, me permito transcribir a continuación el artículo escrito por un amigo santanderino, con el que comparto la afición por la política, y la decepción por los políticos que tenemos en este país.

Ciudadano comprometido
Febrero 5, 2008 ;
Por Quique G.

Ustedes, señores obispos, me contarán entre sus seguidores sencillamente porque días después de mí nacimiento fui bautizado. También hice la comunión -¡Qué guapo estaba ese día!,decían mí madre y mí abuela-. Siendo sincero, estar en posesión de estos sacramentos no me molesta aunque ni me hace mejor o peor persona. Pero a ustedes si debiera importarles porque asumen una supuesta representación, un número de “militantes”, que en verdad les digo no se ajusta a la realidad.
Se permiten aconsejar a católicos y a ciudadanos responsables por igual, en su derecho están, pero creo señores que se exceden en sus “competencias”. Me considero un ciudadano responsable mas no católico y desde mi ideología y mí trabajo en política he intentado aportar algo positivo a la sociedad. Siempre en el lado material ya que creo, al contrario que ustedes, que el lado espiritual pertenece a la intimidad de individuo exclusivamente. Con lo dicho es sencillo deducir que en absoluto comparto los “consejos” que ustedes proponen en esa nota con la que entran en la campaña electoral y, les guste o no, en el debate político.

Yo respeto, como algo casi sagrado, el derecho que tienen a expresarse y/o a manifestarse; ahora bien, entenderán que es el mismo que tengo yo a rebatirles como ciudadano partidario de un Estado laico.

Miren, señores obispos, les voy a decir lo que pienso respecto a alguna de las cosas que ustedes afirman en su panfleto político-pastoral y ya de paso saco alguna más que me tenía guardada. Entiéndanlo como un desahogo pues soy consciente de que mi opinión carece de valor y autoridad.

El matrimonio o los “arrejuntaos”, en mi inmoralidad no distingo, es la unión libre de dos seres humanos basada en el amor y en el compromiso mutuo. Ustedes pretenden que sea exclusivamente entre hombre y mujer: Bien nadie niega esa opción. Sin embargo, hay un conjunto de seres, creados igualmente por su dios, que demanda la libre unión entre ellos sin distinción de sexo y el poder político se limita a poner los medios, que por otro lado es su función. ¡Qué hay de malo en ello! Por favor…..
Hay que aceptar que esta unión en algunos casos acaba convirtiéndose en una familia ¿En dónde esta la maldad? Cómo es posible que dos hombres o mujeres puedan ofendernos por compartir amor.

Y también puede suceder que esta familia sea un infierno y a las decenas de víctimas por violencia de género me refiero. Cualquier medida que ayude a mitigar esta lacra es buena y el divorcio expres puede ser un instrumento válido aunque a ustedes esto no les guste mucho. Volvemos a lo mismo el poder político ha de facilitar los medios (leyes) independientemente de su moralidad; que no tiene por qué ser la buena ni mucho menos la única.

Particularmente no me afectan las bodas gays y tampoco afectan a mi concepto de familia, claro que a estas alturas soy una oveja descarriada. Tachen esto de demagógico pero siempre es preferible un niño en un hogar hetero o gay que abandonado a su suerte. Los niños lo que necesitan es cariño y este nada tiene que ver con la condición sexual.

El voto se puede y se debe pedir a la ciudadanía. Lo que me parece impresentable es querer influir tocando las creencias del personal, espero que su dios algún día se lo demande. Los discutidos 400 € de ZP, las innumerables guarderías de Rajoy forman parte del “circo” político. Esto se apoya o no con la papeleta y punto, sin embargo ustedes pretenden dirigir el voto, que corresponde a la conciencia del individuo no a la suya. Recuerden que España es una democracia y que es el pueblo quien tiene la última palabra no solo los católicos.

Y dejo para el final el asunto del terrorismo porque creo que antes de juzgar con quién y cómo se ha de negociar debieran pedir opinión a su colega Setien.

Acabo con una frase de Popper que nunca me cansaré de repetir : “Creo que tengo razón, pero yo puedo estar equivocado y ser usted quien tenga la razón; en todo caso discutámoslo, pues de esta manera es más probable que nos acerquemos a una verdadera comprensión que si meramente insistimos los dos en tener la razón.”

Quique G. Ciudadano responsable o irresponsable ¡Vayan ustedes a saber!

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