lunes, 14 de mayo de 2007

Discurso de Luis Fernández en la presentación de candidatura

Buenas noches, amigos, vecinos, ciudadanos, y conciudadanos de Esplugues:

Gracias por vuestra presencia. Hasta hoy, no había visto en Esplugues que un solo partido político pudiese congregar por sí solo a tanta gente aquí, sin recurrir a butifarradas, calçotadas, u otros reclamos populares. Es de agradecer que simplemente unos ciudadanos como somos nosotros, iguales que vosotros, hayamos podido despertar vuestro interés para charlar juntos esta tarde.

En muchas ocasiones, por motivos profesionales, he tenido la oportunidad de dirigirme a un auditorio, aunque no tan numeroso como este, ni tan cercano a mí como vosotros, mis convecinos y ciudadanos de Esplugues, con los que convivo desde hace 10 años. Y ello entraña para mí una especial responsabilidad, la de ser capaz de transmitiros lo que para mí representa el proyecto político de Ciutadans – Partido de la Ciudadanía.

Siento deciros que hoy no voy a hacer un discurso político, al uso tradicional. Por dos razones: La primera, es que tengo al lado a dos magníficos oradores, con una experiencia política inigualable, J.Antonio con una carrera más extensa, todo un corredor de fondo, y el otro, Albert, con una reciente pero intensa actividad política. La otra razón es que yo no me considero un político al uso, como hasta ahora lo entendíamos todos. Soy un ciudadano como vosotros, preocupado por los temas cotidianos (la hipoteca, mi trabajo, la educación de mi hijo, el tráfico, etc.), que tengo que hacer equilibrios para compaginar mi vida profesional con la personal, y ahora con la vida política. De hecho, ahora mismo vengo de trabajar, no he tenido tiempo de pasar por casa, tan sólo he podido quitarme la corbata, para estar más cómodo, entre vosotros, mis vecinos. Un ciudadano más, con inquietudes sociales y políticas, pero huérfano políticamente hasta hace muy poco.

Desde que resido en Cataluña, hace ya 14 años, los 10 últimos en Esplugues, que ya no me venía sintiendo en absoluto representado por los políticos tradicionales, obsesionados por perpetuarse en sus poltronas, enzarzados en peleas absurdas, que tratan de ocultar sus ineficacias e ineptitudes tras la pantalla del nacionalismo, de la “construcción nacional”, provocando una continua confrontación entre los ciudadanos de Cataluña y del resto de España. Un ciudadano harto ya de ser tan solo un “voto” buscado por unos profesionales de la política que sólo se acuerdan de nosotros cada 4 años, cuando se acercan las elecciones, ¿a alguno de vosotros le ha pasado lo mismo? … algunos hasta tienen que recordarnos que están ahí, a base de agresivas e intensas campañas publicitarias, pagadas con el dinero de todos. Y no hace falta dar ejemplos, los tenéis muy muy cerca.

A diferencia de los políticos profesionales, la gente que formamos parte de Ciutadans somos profesionales metidos en política, con la voluntad real de ocuparnos de lo que realmente interesa a los ciudadanos: mejorar nuestras condiciones de vida, contribuir a resolver nuestros problemas reales, y devolver la confianza en las instituciones que nos administran, tan deteriorada por la corrupción e ineficiencia de muchos políticos. Somos gente que, con nuestro esfuerzo diario, deseamos humanizar la política, y llevar la voz real de los ciudadanos a las instituciones, para que sean un fiel reflejo de lo que sucede en la realidad, en la calle. E incluso antes que profesionales, yo añadiría algo obvio, que somos personas, e intentamos serlo más cada día. Es después de esa dimensión de personas, y de profesionales, cuando, ante la falta de alternativas reales en la vida política que nos rodea, nos ha surgido también la necesidad de convertirnos en políticos, de hacernos autosuficientes políticamente, y tener por fín alguien en quién confiar y delegar nuestra representación.

Dada nuestra anterior situación de orfandad política, la llegada de Ciutadans a la vida pública ha supuesto para mí, como para muchos, una agradable novedad. Ante un hecho así, hay dos opciones: ver lo que pasa, cómodamente, sin implicarse, o tomar cartas en el asunto, y luchar por defender en lo que uno cree.

Y vosotros os preguntaréis ¿qué hago yo aquí? ¿qué necesidad puedo yo tener de meterme en estos jaleos? ¿qué ha sucedido para que un ciudadano normal, como yo, como muchos más, se encuentre aquí en este escenario, metido en política, y representando a un nuevo partido ante sus vecinos? La respuesta no es sencilla, tiene muchas facetas, pero todas llevan al mismo punto: Ciutadans.

Hasta hace bien poco, yo me creía un “bicho raro”, una especie de marciano, por no estar de acuerdo con las teorías nacionalistas, por considerarme catalán y español al mismo tiempo, por considerar que ambos conceptos no son excluyentes, y por considerar que todos tenemos los mismos derechos y obligaciones, con independencia de la lengua que hablemos, del lugar en que hayamos nacido, de la ropa que vistamos. Así de raro me sentía yo, hasta que llegó a mis manos la noticia de que un grupo de intelectuales, entre los cuales figuraba mi admirado Albert Boadella, había publicado un manifiesto, en el que se abría la puerta a una nueva forma de entender la política, sin crispación, sin nacionalismos excluyentes, en la que todos los ciudadanos somos iguales ante la ley, y ante los demás. Tras un proceso de toma de contacto, información, asistencia a conferencias, presentaciones, etc., decidí que había llegado la hora de dar un paso adelante: me incorporé de lleno a la actividad de la entonces asociación Ciutadans de Cataluña, luego convertida en Ciutadans-Partit de la Ciutadania (Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía).

C’s nació con un espíritu muy claro, un afán por defender a todos aquellos ciudadanos de una sociedad, cansada ya, de la situación política, de la crispación generalizada y de la no-actuación respecto a temas claves en el día a día. Con C’s pudimos comprobar, desde fuera y una vez dentro, que era posible unir a ciudadanos/as de ámbitos sociales muy diferentes y que se podía hacer realmente algo en lugar de quedarnos quietos ante todo aquello que nos preocupaba. Es muy cómodo quejarse y no pasar a la acción. Gracias a C’s, muchos/as afiliados/as hemos podido pasar a formar parte de un verdadero proyecto espiritual, conceptual y humano.

No se trata simplemente de un partido político. Muy equivocado estará aquel que crea lo contrario. Entre nosotros, he podido comprobar que hay gente entregada a la causa: una sociedad mejor, en la que se tenga en cuenta a todos aquellos que la conforman. En C’s existen personas que entregan una parte muy significativa de su tiempo, de sus horas de día, de tarde e incluso de noche, de horas de su vida personal y familiar. También colaboran, no sólo con su afiliación, sino con sus aportaciones personales, ya sean su simple presencia, su opinión, con su dinero o con material, con sus escritos, sus conferencias… He podido comprobar que somos muchos/as los/las ciudadanos/as que creemos realmente en lo que pensamos y obramos en consecuencia con ello.

Desde mi humilde punto de vista como afiliado de C’s, como vocal de la Agrupación del Baix Llobregat Sur (con sede en Cornellá) y ahora como cabeza de lista para las elecciones municipales en Esplugues, puedo decir que me siento muy orgulloso de pertenecer a este gran proyecto. C’s nació, creció y lo continúa haciendo. C’s supone un punto de inflexión, y de reflexión, en mi vida, y en la de muchos compañeros. Yo no estoy (y creo que la mayoría de afiliados estarán de acuerdo conmigo) en C’s para hacer feliz a nadie, ni para alcanzar cotas personales de poder, sino para formar parte del funcionamiento de una sociedad, aportando mi esfuerzo personal para mejorarla, y con ello tratar de ayudar al resto de ciudadanos a vivir mejor: tanto en Esplugues, como en Barcelona, como en cualquier lugar. Nunca he esperado nada a cambio. Hasta ahora, me he visto recompensado por el simple hecho de poder expresar mi opinión libremente, de participar en este proyecto, de poder cambiar las cosas que nos afectan, aunque sea un poco, y en efecto veo que algo está empezando a cambiar ahí afuera. Con todo, lo que más me ha servido para continuar al pie del cañón es el valor humano de las personas que he conocido. Debo reconocer que he llegado a emocionarme al comprobar la dedicación de muchas personas que están en C’s, pase lo que pase, con un planteamiento muy claro: colaborar.

Con este espíritu constructivo, os puedo asegurar que me encuentro cómodo con los planteamientos de Ciutadans. Y ahora, llega para mí el reto más difícil, pasar de las palabras a los hechos, implicarme aún más en este proyecto, aún a costa de mi escaso tiempo libre, y ofrecer mis futuros servicios en el Ayuntamiento de Esplugues de Llobregat a todos mis conciudadanos. Estoy seguro que Ciutadans tiene mucho que aportar a los espluguenses, aún hay muchas cosas que mejorar, y nosotros estaremos dispuestos a llevar la voz de los ciudadanos (como nosotros mismos somos) al Ayuntamiento. Desde hace tiempo, venimos observando actitudes y situaciones que no nos gustan. Queremos contribuir positivamente a mejorar el entendimiento general entre todos los partidos, entre los ciudadanos, entre estos y las instituciones, recogiendo sus opiniones, sus sugerencias, sus inquietudes.

Potenciaremos los cauces de comunicación con las instituciones, favoreciendo la participación ciudadana (ya hay medidas en nuestro programa marco en ese sentido), para que la gestión municipal se oriente realmente a la resolución de los problemas de los ciudadanos.

En breve, os haremos llegar nuestras propuestas de acción local, recogidas en el programa municipal. Programa en cuya elaboración se han tenido en cuenta las sugerencias y aportaciones de todos los afiliados, y que en breve se habilitará en la web una sección específica para recoger las sugerencias de los ciudadanos en general. Mientras tanto, podéis ir enviando vuestras ideas para mejorar de nuestra ciudad a nuestro correo (baixllobregats@ciutadans-ciudadanos.com).

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