martes, 4 de septiembre de 2007

POR UNA NUEVA OPCION ELECTORAL

ESTRELLA DIGITAL :: Artículo del día 03/09/2007


Por una nueva opción electoral
Luis de Velasco


La renuncia a seguir militando en el PSOE por parte de la eurodiputada Rosa Díez, figura política de indudable impacto nacional, ha suscitado muchas y variadas reacciones. No podía ser de otra manera porque, y esto es lo más importante, esa renuncia no va acompañada de su retiro de la vida pública, de la política, sino que incorpora su decisión de sumarse plenamente a la denominada Plataforma Pro que, basada en Basta Ya, tiene como objetivo la creación de un nuevo partido de ámbito nacional cuyo primer objetivo es presentarse a las elecciones del próximo mes de marzo. En esos trabajos están sus promotores desde hace escasos meses. Seguramente comprobarán en las semanas inmediatas que una cosa es predicar y otra dar trigo. Es decir, pasar de reuniones informativas o tertulias amables a estructurar una organización con estatutos, dinero, militancia comprometida y de la otra, locales y un largo etcétera es tarea muy compleja, lenta y siempre trufada de las virtudes y defectos que adornan la condición humana.

Ésta es una de las varias desventajas con respecto a los partidos ya establecidos, elemento que constituye una de las varias barreras de entrada al “mercado electoral”. Hay muchas otras que hacen que, en la realidad y más allá de las proclamas teóricas, ese “mercado” no sea de libre competencia sino oligopolístico. Así está previsto por la ley electoral vigente, que busca y consigue un bipartidismo casi perfecto penalizando además a los terceros partidos nacionales (véase el caso de Izquierda Unida) y sobreprimando (uno de los muchos pasivos de la Transición) a los nacionalistas para desgracia del resto del país, como se está viendo cada vez más dramáticamente.

Hay más barreras de entrada. Todos los “establecidos” en la política, y eso incluye desde partidos políticos hasta medios de comunicación pasando por las grupos de poder económicos, sociales y culturales, con algunas mínimas excepciones, están interesados en mantener el actual statu quo y en impedir la entrada de nuevos actores, por pequeños que éstos sean. Véanse las reacciones a la presencia de Ciudadanos Partido de la Ciudadanía y a este nuevo partido que se anuncia. Todo sea por el llamado voto útil y en tratar de dejar las cosas como están, que así están bien. Claro que falta saber lo que piensa el electorado, que, una cosa está clara, cada vez vota más con los pies, es decir, alejándose de las urnas. O tapándose la nariz. Por algo será.

La génesis de Ciudadanos arranca, desde años atrás, como reacción a la opresión en todos los órdenes del nacionalismo catalán, ayer patrimonio de los nacionalistas, después también de sus discípulos aventajados, el PSC y acompañantes menores. Hoy, este partido es nacional y sus objetivos son mucho más que el combatir ese nacionalismo, abarcando desde una reforma constitucional y de la ley electoral hasta la regeneración democrática pasando por una mejor armonización del crecimiento económico con la equidad y cohesión social, algo hoy ausente.

Si uno repasa los objetivos políticos de ese nuevo partido que se quiere crear por Basta Ya, la coincidencia programática entre ambas formaciones es casi total. Por eso, el primer objetivo de ambas formaciones debe ser, ineludiblemente y más allá de posibles personalismos, ponerse de acuerdo en cómo tratar de lograr lo máximo en un terreno de juego electoral claramente inclinado a favor de los que están ya jugando. Si es que quieren hacer algo, por poco que sea. Y además, deprisa. A pesar de esas enormes barreras de entrada, hay muchos ciudadanos que están esperando y deseando un soplo de aire puro, de racionalidad entre tanto disparate. Seguramente, muchos más de los que se piensa.

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