lunes, 10 de septiembre de 2007

EL PLUMERO DE LA CHACON



El plumero de la Chacón (publicado en Libertad Digital)
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>¡Y a plantarse en campaña electoral prometiendo pisos para todos! A ver si el voto joven, tan proclive a la abstención, sale de su depresión.

Juan Carlos Girauta


Cuando uno se acostumbra a buscar el negocio escondido bajo la perorata solidaria, las propuestas más disparatadas muestran de repente una lógica transparente. Es el caso de los “pisos electorales” de Chaves/Chacón. La Junta de Andalucía lanza un plan que incluye la construcción de 300.000 viviendas protegidas en diez años y la ministra Chacón, entusiasmada, se dispone a extender el modelo al resto de España.

La nave Chaves/Chacón hace agua antes de zarpar. Un agua corrompida y estancada que es el único fluido vital de nuestra izquierda cavernícola, y que se llama intervencionismo. Pura y directa intromisión de la Administración, por las bravas, para convertir en promesa electoral firme un derecho al que la Constitución no vincula mecanismos ni garantías de exigibilidad. Por algo será: en el mismo instante en que se le vinculen, estaremos en una economía socialista. Y se precipitará la recesión que ya ha empezado.

Recordemos una vez más lo evidente: corresponde a los poderes públicos, en este caso, favorecer –no imponer– los beneficios sociales que persigue. Políticas indirectas, señores, para las que tienen a mano recursos viables que no cuestan un euro (y ese es quizá el problema). Verbigracia, liberar suelo urbanizable, liberalizar contratos de alquiler y promover una reforma legislativa que introduzca de una vez por todas seguridad jurídica en los arrendamientos.

Los tres millones de viviendas vacías que no salen a alquiler no son un caso de coleccionismo enfermizo ni de inexplicable aversión a las rentas. Son la nítida prueba de que millones de propietarios se sienten más seguros no alquilando. Si, según declaraba Chacón hasta anteayer, en el alquiler está la gran solución al problema de la vivienda, ¿por qué no ofrece garantías a los arrendadores y despeja suspicacias más que justificadas?

¡Pues porque con ninguna de estas medidas se mueve dinero, hombre! Se consiguen objetivos, sí, pero, ¿qué hay de lo mío? Lo dicho, busquen siempre el negocio escondido en las buenas intenciones progresistas. Ni harto de vino, ni rebosante de fe socialista, pude nadie creerse que en un país donde se acumulan casi cinco millones de viviendas sin vender, donde la tercera parte de las inmobiliarias van a tener que cerrar a la voz de ya, donde las promociones se están muriendo o asfixiando, la gran solución es construir más. A cargo del erario. 30.000 viviendas al año en Andalucía durante una década y, por el contagio andaluz de la Chacón, otras tantas en cada comunidad.

Eso sí, todo para la próxima legislatura. ¡Y a plantarse en campaña electoral prometiendo pisos para todos! A ver si el voto joven, tan proclive a la abstención, sale de su depresión. Es la típica fórmula socialista: sobre inoperancia, electoralismo; sobre electoralismo, negocio. Mujer, que se os ve el plumero.

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