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La original iniciativa del Ayuntamiento de Vic de saltarse a la torera (aunque no haya toros en Cataluña) la Ley de Extranjería y no inscribir en el padrón municipal a los «sin papeles» puede tener una lectura política de gran calado siendo, como es, el de Montilla uno de los partidos que gobiernan dicho Consistorio. ¿Se puede identificar a estas alturas al PSC con el PSOE por más que Zapatero llegara a la Secretaría General del segundo gracias al apoyo decisivo del primero? ¿Está detrás de ese desafío una estrategia de presión y una advertencia (la del «tararí que te vi») si queda recortado el Estatut?
Son sólo preguntas, pero pertinentes dado que no vive Zapatero uno de sus momentos más dulces y que en sus filas ya se ha mentado la bicha de la sustitución. Tirando de ese hilo caben más interrogantes. ¿No es especialmente inoportuno para el presidente del Gobierno ese cuestionamiento de una de sus causas más polémicas –y por lo tanto, más débiles– que sólo pudo salir adelante en un momento de vacas gordas muy distinto del actual? ¿No debilita al Gobierno su incapacidad para dar marcha atrás a esa Ley de Extranjería en un momento en el que hay cinco millones de parados que empiezan a mirar al PP como al verdadero defensor de sus intereses? ¿No es en ese contexto la reforma de esa Ley una de las más populares banderas de los populares?…
(Publicado en La Razón)
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