domingo, 27 de julio de 2008

Joaquín Leguina: ZUMO DE GALLINA Y PLUMAS DE CABALLO

Nuevamente mi paisano Joaquín Leguina nos vuelve a obsequiar en su blog con una aguda reflexión sobre el tema recurrente de las balanzas fiscales. Tema que tanto les gusta a los nacionalistas, para justificar su permanente victimismo, tema que resulta tan ilógico, como absurdo e insolidario con el resto de los ciudadanos españoles, tema que dará mucho que hablar todavía a lo largo de este caluroso verano. Os dejo con la reflexión del 'ciudadano' Leguina:



ZUMO DE GALLINA Y PLUMAS DE CABALLO



Acabo de oír por la radio a una niña de unos cinco años, residente en un campamento de verano de esos que se organizan para aliviar a los papás -trabajadores ambos- en estos días previos a la solanera de agosto. Pues bien, la criatura dijo desconocer hasta estas fechas que las gallinas ponían huevos, pues ella sólo los había visto en pulcros envases de plástico y colocados de seis en seis.Pero lo más sorprendente para mis oídos fue que la niña, preguntada sobre sus preferencias alimenticias en esta etapa campestre, soltó lo siguiente: “Lo que más me gusta es el zumo de gallina”. En línea con los hermanos Marx, que titularon una de sus películas así: “Plumas de caballo”.

Dentro del abundante surrealismo nacional, más reseñable que las palabras de esta niña ha sido –una vez más- el zumo de gallina de ese genio de la Economía que dice llamarse Toni Castells y que ocupa el cargo de “ministrillo” de Hacienda del Gobierno catalán que con tanto acierto dirige José Montilla (natural de Córdoba y catalanista de pro). Pues bien, a lo que íbamos. Mientras Solbes –al fin- nos informaba de que estamos ante la crisis más compleja de la Historia y en vísperas de que el Gobierno hiciera públicas las tan demandadas balanzas fiscales, con la lealtad institucional que caracteriza a estas gentes de la catalanidad infinita, Toni Castells hizo pública su particular balanza, encargada pro domo sua a unos amiguetes, quienes “calcularon” grosso modo (más grosso que modo) la existencia de un “enorme déficit” entre el Estado y Cataluña… luego salieron las balanzas de verdad, las que el Estado se ha visto obligado a calcular bajo presión de los catalanistas. ¿Y qué ha pasado? Pues lo que ya se intuía: que Madrid “soporta un déficit” mayor que Cataluña… lo dicho: Plumas de caballo.

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