martes, 29 de julio de 2008

¡Habemus balanzas fiscales!... y ahora ¡qué?

Reflexiones de Juan Ramón Torres, miembro del Consejo General de C's, sobre las susodichas balanzas fiscales, tema en el que todos tenemos una opinión, aunque hay algunos que pretenden imponer la suya al resto de los españoles, de forma insolidaria ¿adivináis a quienes me refiero?


HABEMUS BALANZAS FISCALES ¿Y AHORA QUÉ?

He aquí estas refelexiones, aparte de otras consideraciones obvias como que los territorios no pagan impuestos, pero sí sus habitantes, lo importante es que no es ninguna novedad en el ámbito de la hacienda pública el supuesto déficit fiscal, antes han habido más 30 informes dictaminando el mismo o semejante resultado final, dependiendo de la metodología empleada, como imputaciones de ingresos y gastos las cuales no todas son generalmente aceptadas y consensuadas por los expertos, por lo que podemos decir que esa magnitud de déficit se mide y es variable, no se calcula, no hay exactitud aritmética, ni auténtica objetividad.
Lo que está claro es que los nacionalistas y adláteres conversos al nuevo régimen político se van a agarrar como a un clavo ardiendo a esa publicación del gobierno central a través de un organismo autónomo técnico y hasta de cierto prestigio profesional del Ministerio de Economía como es el Instituto de Estudios Fiscales, en su próxima negociación sobre la financiación autonómica para pedir más, "las regiones ricas queremos más dinero", en perjuicio de, no sólo de las regiones pobres, pero sí del Estado o Gobierno Central que cada vez se queda con menos recursos, agravado aún en esta nueva etapa de disminución de recaudación fiscal debido a la crisis y desaceleración económica que podría durar 3 o 5 años, peticiones localistas e identitarias que vacían cada vez más de contenido los preceptos constitucionales como la igualdad entre todos los ciudadanos españoles.
Todavía no entiendo como el Honorable Sr. Castells y los suyos, declaran convencidos de que un 6 o 9 % del PIB, u otro porcentaje (pudiendo llegar a representar unos 13.000 millones de euros en 2005) que se utilice para la ocasión es demasiado alto, desmedido, aberrante e insostenible para las finanzas del gobierno autónomico y de paso a los catalanes de a pie, realmente está preparando el terreno para salir vencedor de la contienda con la Administración Central y otras CC.AA. agraviadas y desfavorecidas, aunque consiguieran 2 puntos menos de su déficit partidista y parcial, verdadera arma arrojadiza política que ha calado con intoxicación en nuestro entorno social de la calle en Cataluña como que "pagamos más a Madrid (España) que de lo que recibimos de ellos" o "estamos pagando las infraestructuras en Andalucía y Extremadura" lo que desvela una cierta xenofobía encubierta entre ciudadanos y residentes de una misma Nación y proyecto común de convivencia armónica.
Y sobre balanzas fiscales, asimismo (esto lo comento con sentido irónico y coloquial) podríamos no solamente pedir la de los barrios donde vivimos, pero también la de cada contribuyente con información exhaustiva de los servicios recibidos por parte de las administraciones públicas y en función de nuestras aportaciones tributarias resultando déficit o superavit, lo que sería un despropósito y hasta una muestra de individualismo anti-social.
Por pedir que no quede y creo que sería didáctico e ilustrativo solicitar la elaboración y la publicación oficial de las balanzas comerciales, exportaciones menos importaciones, por ejemplo Cataluña en 2003, 20.000 millones de euros de saldo favorable, o la balance de pagos e ingresos con el resto de las Comunidades Autónomas, hasta hay una lista de 8 o 10 tipos de balanzas bastantes favorables para Cataluña con el fin de quitarle discurso y argumentación demagógica y de manipulación torcidera por parte de los propagandistas del aparente expolio a su tierra.
Supongo que nadie negará que ese superávit comercial ha servido para generar más PIB y riqueza a Cataluña lo que deriva mayor contribución impositiva y en consecuencia en aras de la progresividad y redistribución interpersonal, déficit fiscal de la región rica en general o de las personas y empresas que se benefician de esos excedentes monetarios.
Conclusión: el sistema actual definido por la Constitución no es tan malo y perjudicial para Cataluña y España en general, no dejemos que nos lo cambien por la puerta trasera con negociaciones de votos, Estatutos insolidarios y otras segundas y ulteriores lecturas y reinterpretaciones de la Norma Fundamental, y lo sustituyan por 17 o 18 (17 + España) donde imperen las desigualdades y afloren privilegios sectarios identitarios basados en la tierra, tradición, lengua vernácula y supuestos hechos diferenciales que sirven para discriminar y tal vez crispar los ánimos de los ciudadanos.
Juan Ramón Torres Martín

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