lunes, 16 de noviembre de 2009

El caos del "Alakrana" acentúa la caída en desgracia de Chacón

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Su gestión del secuestro ha aumentado aún más la sensación de descoordinación en Defensa. En año y medio ha hecho una importante purga en la cúpula, pero ni por ésas da con la receta.




La crisis del Alakrana ha venido a extender aún más una opinión que ya la cuestionable gestión de la salida de tropas de Kosovo empezó a poner sobre la mesa apenas un año después de que Carme Chacón fuera designada ministra de Defensa: la de que el puesto le viene grande.

Intencionadamente o no, José Luis Rodríguez Zapatero desautorizó su modus operandi para liberar a la tripulación del atunero vasco cuando decidió que María Teresa Fernández de la Vega tomara las riendas de la célula de crisis creada en el Gobierno. Una vez más, la enésima, la vicepresidenta primera se convertía así en la apagafuegos de una de sus compañeras en el Consejo de Ministros.

Ya han pasado 20 meses desde que la catalana hiciera historia convirtiéndose en la primera ministra de Defensa española, pero casi a mitad de legislatura Chacón da muestras de que sigue sin hallar la fórmula para que su vital cartera funcione como un preciso reloj suizo. No en vano, la mujer de la que hace sólo meses se hablaba como la esperanza roja para el relevo de Zapatero en La Moncloa -ahora ya no tanto-, no ha dejado en este tiempo de hacer cambios en las altas esferas de su Ministerio.

Tanto es así que desde que tomó posesión han sido cesados 43 altos cargos de Defensa. La destitución del director del CNI, Alberto Saiz, fue la más polémica, pero ni muchos menos la única. También fue controvertida la decisión de Chacón de renovar de un plumazo -en julio de 2008- toda la cúpula militar: el jefe del Estado Mayor de la Defensa y los jefes de los Ejércitos de Tierra, Aire y Armada.

Además de ellos, entre los ajusticiados figuran dos directores generales de Relaciones Institucionales; el director general de Infraestructura; el director general de Asuntos Económicos; tres directores generales de Comunicación de la Defensa (despidió a Miguel Ángel Muñoz, que había estado con José Antonio Alonso -el anterior ministro- para fichar a Germán Rodríguez, que después renunciaría en favor de Sergio Sánchez, que a su vez dejó el cargo el pasado octubre); la subdirectora general de Gestión de Enseñanza y Desarrollo Profesional, el jefe de la Fuerza Logística Operativa; el subdirector general de Reclutamiento de la Dirección General de Reclutamiento y Enseñanza Militar; el secretario general de la Gerencia de Infraestructura y Equipamiento de la Defensa; o la subdirectora general de Servicios Técnicos y Telecomunicaciones de la Dirección General de Infraestructura, la última en caer (el pasado 29 de octubre).

Chacón ha intentando colocar en su partitura las notas para dar con la melodía adecuada, pero aun así la sensación es de descoordinación. No ayudó nada que trascendiera -como ya informó El Semanal Digital- un informe elaborado por el Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas que desaconsejaba el traslado a España de los dos piratas apresados y que fue remitido inmediatamente al JEMAD (dependiente de Defensa) pero que nunca llegó a manos de la célula de crisis, en la que se sienta también la ministra catalana.

Y esa misma sensación de desbarajuste es la que ha comenzado a calar entre la opinión pública. De hecho, la joven de Esplugues de Llobregat llegó a Defensa con una cota de popularidad envidiable: en el primer CIS con valoración de ministros después de la conformación del nuevo Gobierno (el de abril de 2008), los ciudadanos le dieron una nota media de 5,73.

En el CIS del pasado mes de julio, y después de Kosovo, del escándalo del CNI y del Real Decreto con las nuevas Reales Ordenanzas -entre otras manchas en su expediente-, suspendía por primera vez en la legislatura su examen ante los españoles con un 4,81 de nota. Parecía claro que había dejado de ser la niña bonita del Ejecutivo, mientras le comía terreno a grandes pasos Trinidad Jiménez y su concienzuda gestión de la Gripe A en sintonía con las comunidades autónomas.

Quedaba lo peor por venir. CIS de octubre y nueva bofetada: 4,73, ése fue el veredicto de los electores, otorgado justo la misma semana (las encuestas se hicieron durante los primeros siete días de octubre) que los 36 marineros del Alakrana eran capturados por piratas somalíes. Desde entonces las cosas no han hecho sino ir a peor. Y mucho tendrá que cambiar el cuento.

1 comentario:

David dijo...

Ya como ministra de la vivienda dio grandes y sonados patinazos. Ante la debacle del sector y para que no se la llevará por delante, zapatero la coloco en Defensa, aprovechando el tirón de la primera mujer con la cartera de Defensa. Demostrado, es un fraude.

Señores esta es la misma señora que hace 10 años veia con buenos ojos la independencia para Cataluña, y ahora es la que debe abogar por la unión estatal. Un cumulo de despropositos...