viernes, 3 de julio de 2009

Las incongruencias de los defensores de la inmersión lingüística

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Por mucho que lo intenten, no se puede justificar lo injustificable, y tarde o temprano acaban cayendo en contradicciones que demuestran lo incongruente de sus ¿argumentos? El editorial de ayer en Periodista Digital lo demuestra con un ejemplo evidente:

La Vanguardia y El Periódico saludan con alborozo la imposición del catalán... ¡en español!


(PD).- El régimen nacional-socialista de Cataluña ha expulsado el castellano de la Educación. Lo ha hecho por ley y lo ha blindado. Sólo el PP y Ciutadans han votado en contra. Con esta norma se veta la tercera hora de castellano. Esta imposición es recibida por La Vanguardia y El Periódico con alborozo... en español. ¿Por qué no piden esta misma imposición para el derecho a la información? Periódicos en catalán por obligación, lo mismo que con la Educación, ¿por qué no?

ZP y Montilla han firmado otro experimento demencial de centrifugación del Estado. En esta tropelía, los socialistas han servido de dóciles compañeros de viaje al nacionalismo catalán. Se ha consumado la impudicia y el Parlamento de Cataluña ha aprobado su ley educativa, la primera que concede autonomía absoluta a esta Comunidad para gestionar su modelo de enseñanza y veta la tercera hora de castellano en los colegios.

Esta tropelía no despierta ni frío ni calor en El País y Público, pese a la relevancia del hecho. En La Vanguardia y El Periódico -éste sí que cuenta con una edición en catalán- el calor con el que reciben la noticia es evidente.

Así abre el periódico del grupo Godó: "Catalunya blinda con un amplio apoyo la ley educativa. La norma nace con el respaldo del 75% de los diputados (CiU, PSC y ERC). Montilla y Mas solemnizan el pacto para subrayar su intención de perdurar".

El editorial de El Periódico -'Una ley básica y singular'- se muestra igual de entusiasta:
"Lo sustantivo es que la ley obliga a la Generalitat a un formidable esfuerzo inversor en educación –del actual 2,7% del PIB al 6% en ocho años– y consagra el principio de autonomía de los centros. El amplísimo apoyo parlamentario a la LEC invita al optimismo sobre su aplicación, aunque ahora, como subraya el conseller Maragall, falta algo imprescindible y ante lo que es legítimo ser más escéptico: una mayor implicación de las familias en la formación escolar de sus hijos".

Este extraordinario regocijo con el que reciben la norma los diarios catalanes choca con el hecho esencial de que ellos muestran su alborozo ... ¡en castellano!
¿Por qué no promueven una ley igual para el derecho a la información? ¿No son igualmente derechos fundamentales?

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