MALOS tiempos para los medios de comunicación. La grave caída de la publicidad y el acusado descenso de lectores pintan un panorama preocupante. Pero, más allá de esta preocupación económica, asoma una preocupación social y política. Las ventas y principalmente la publicidad son los soportes de los medios. Y la garantía de su calidad y del grado de su independencia. Los índices de venta y publicidad son los que les permiten su independencia del poder público. Si aquellos bajan, ésta se puede resentir seriamente. La lucha por la supervivencia lleva a la tentación de las subvenciones; y estas, en la práctica, nunca son gratuitas. Sobre todo cuando no hay un sistema neutro y equitativo de concesión y reparto, lo que significa que suele ser arbitrario.
Miembro de CIUTADANS (C's). Ex-candidato de Esplugues de Llobregat. Agrupación Digital de C's.
miércoles, 25 de febrero de 2009
El cuarto poder, en crisis
Es comprensible que, en la actual situación de crisis, los editores dirijan sus miradas al Estado y reclamen ayudas. Pero mucho cuidado en cómo éstas se lleven a cabo. Confesadas o no, las contrapartidas serán inevitables. Y siempre en merma clara de la independencia del llamado cuatro poder. Cuarto poder que, con todas sus limitaciones, globalmente actúa de contrapunto y control de los poderes estatales, en defensa de la sociedad. Si aquel entra en crisis, como los datos económicos certifican, se resentirá la sociedad; es decir, los ciudadanos.
Un cuarto poder (los medios de comunicación, en todas sus modalidades) amordazado, en mayor o menor grado, por los favores del Estado, necesarios para su subsistencia, no cumplirá su función. Se convertirá en correa de transmisión de la voz oficial. Las plurales voces de los ciudadanos dejarán de oírse. Por esto, incluso en situaciones de emergencia económica, los medios y, muy especialmente, los órganos que los representan, deben evitar arrimarse a las fuerzas políticas, que inevitablemente los manipularían, y a las dádivas del Estado concedidas sin garantías de neutralidad, rigor y respeto a la libertad de expresión. Los platos de lentejas no pueden hacernos traicionar la libertad y la democracia.
(Publicado en VISTAZOALAPRENSA.COM)
NOTA DEL BLOGGER: Esta situación, tal como se anuncia en este artículo, ya viene produciéndose hace tiempo, la actual crisis no hará más que agudizarlo. Espero que ante tamaña maniobra los ciudadanos acaben dándose cuenta de la dependencia de los medios. Y si no, siempre nos quedará INTERNET.
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