En algunas ocasiones, en este blog y en otros asociados, nos hemos manifestado a favor de un profundo cambio de la Ley Electoral española, dada su falta de representatividad manifiesta.
Al día de hoy, Jesús Neira, uno de los principales expertos en Teoría del Estado, está en coma, a raíz de su intento de defensa de una mujer maltratada.
Reproducimos a continuación el artículo de Carmelo López-Arias, dedicado a Jesús Neira, en EL SEMANAL DIGITAL.
SIGUE EN COMA
Jesús Neira, un agudo crítico de la representatividad del Congreso
Carmelo López-Arias
El profesor que fue agredido tras defender a una mujer maltratada desveló recientemente que las propuestas de CiU, IU y UPD para reformar la ley electoral son un mero maquillaje.
Un hombre de 55 años se debate entre la vida y la muerte tras recibir un golpe a traición, y una paliza posterior en el suelo, por ayudar a una mujer que estaba siendo maltratada por su agresor. En medio de la desgracia, a Jesús Neira y a sus familiares les cabe al menos la satisfacción de que las instituciones, los medios de comunicación y la opinión pública han sido unánimes en reconocer la determinación y valentía con las que actuó, elevándole a la categoría de héroe ciudadano.
Pero podríamos decir que ya lo era antes de ese día aciago. Lo era en la medida en que en España (más allá de la generalizada crítica a los apaños de los partidos y a su exiguo respeto por la voluntad de los electores) no abundan los defensores sustanciosos de una auténtica representación política. Y Neira, no sólo como profesor de Teoría del Estado en la Universidad Camilo José Cela, sino en multitud de exposiciones orales o trabajos escritos, asumió ese más ignoto papel -ingrato también, porque pasa factura con otro tipo de golpes- de defensor civitatis.
¿Reforma electoral, o puro maquillaje?
La última de esas ocasiones en las que Neira tomó la pluma para proclamar la insuficiente representación de los españoles en nuestro sistema político fue en el número 150 (julio-agosto) de la revista de pensamiento Razón Española, fundada en 1983 por Gonzalo Fernández de la Mora (1924-2002).
La ocasión es de máxima actualidad. En el Congreso de los Diputados se han presentado varias proposiciones de reforma de la ley electoral, por parte de CiU (para el Parlamento Europeo), IU y UPD. El sistema actual de recuento de votos y asignación de escaños lleva en una provisionalidad de treinta años desde que fue pergeñado en 1977 para las primeras elecciones, y apenas se toca porque en sus líneas generales conviene a todos los partidos. En el artículo "Proposiciones de reforma electoral" (pp. 56-76), Jesús Neira explica en qué consisten las demandas de Josep Antoni Duran i Lleida, Joan Herrera y Gaspar Llamazares, y Rosa Díez, e ilustra la exposición con cálculos y cuadros sobre la Cámara Baja que resultaría de su aplicación.
Izquierda Unida propone reducir el número mínimo de diputados por provincia, aumentar en 50 el tamaño del Congreso, y crear un distrito global para la asignación de restos, con un reparto que consiste en sustituir el método D´Hondt por el método Webster: básicamente, un cambio de divisor que dejaría intactos los resultados de los comicios del 9 de marzo en 39 de las 52 provincias. En las demás, el PSOE perdería 8 escaños por 3 el PP, saliendo beneficiados IU (+5), ERC (+2), EA (+1) y Nueva Canarias (+1, ahora no tiene ninguno). Poca variación, salvo para la coalición comunista-ecologista.
En cuanto a la propuesta de Rosa Díez, los cambios son algo más complejos: también llegaría a 400 el número de escaños, pero la mitad de ellos saldrían de una circunscripción nacional, y en los demás cobraría protagonismo la comunidad autónoma en detrimento de la provincia. Los cálculos de Neira muestran que los beneficiados serían UPD y otra vez IU, pero sobre todo PSOE y PP. Sin embargo, el plus de estabilidad parlamentaria que obtendría el Gobierno (objetivo de la reforma de Díez, dirigida a quitar peso a los nacionalistas) apenas mejora en un 1%, y la mayoría absoluta seguiría dependiendo de terceros partidos.
El verdadero problema
Pero ni IU ni UPD tocan el verdadero núcleo del problema, sostiene Neira, que es la falta de representatividad del sistema. En efecto, que el Ejecutivo dependa del Legislativo, y por consiguiente de pactos postelectorales cuando no disponga de la mitad más uno de los escaños, es inherente a la naturaleza del régimen parlamentario, y no debería escandalizar tanto. (Que esos pactos sean con partidos nacionalistas -nos permitimos añadir- es una peculiaridad española por desgracia insoslayable, y no sería tan grave si la Constitución no hubiese dejado abierta la estructura del Estado, otorgando a dichos grupos la posibilidad de un chantaje permanente que en las últimas tres décadas les ha ido acercando a sus objetivos.)
Lo que censura Neira no es tanto esa necesidad de formar mayorías, como "la acumulación y concentración del reparto [de escaños] en la cúpula de los partidos". La cupulocracia, como la define, es una "farsa de representación", porque la verdadera representación está vinculada al distrito: esto es, a una cámara con tantos asientos como distritos, todos de aproximadamente la misma población, donde cada diputado es elegido mediante un sistema mayoritario y ha tenido que ganarse el puesto directamente ante sus electores. Así sucede en el Reino Unido entre los regímenes parlamentarios, o en Francia y Estados Unidos entre los regímenes presidencialistas.
Es pues (concluye el Neira-pensador con no menor arrojo que el demostrado por el Neira-ciudadano) la ley electoral proporcional la que frustra la representación popular en beneficio de los comités dirigentes de los partidos, y aboga sin ambages por un cambio que necesariamente tendría que partir de una reforma constitucional y contribuiría a reconciliar a los ciudadanos con sus políticos.
Si un tributo pueden rendirle éstos a Jesús Neira, más allá de medallas y homenajes que acabarán dándose de bruces con la realidad de nuestro sistema penal (la mano blanda con el delincuente), es someter al menos a reflexión la pertinencia de sus consideraciones.
Al día de hoy, Jesús Neira, uno de los principales expertos en Teoría del Estado, está en coma, a raíz de su intento de defensa de una mujer maltratada.
Reproducimos a continuación el artículo de Carmelo López-Arias, dedicado a Jesús Neira, en EL SEMANAL DIGITAL.
SIGUE EN COMA
Jesús Neira, un agudo crítico de la representatividad del Congreso
Carmelo López-Arias
El profesor que fue agredido tras defender a una mujer maltratada desveló recientemente que las propuestas de CiU, IU y UPD para reformar la ley electoral son un mero maquillaje.
Un hombre de 55 años se debate entre la vida y la muerte tras recibir un golpe a traición, y una paliza posterior en el suelo, por ayudar a una mujer que estaba siendo maltratada por su agresor. En medio de la desgracia, a Jesús Neira y a sus familiares les cabe al menos la satisfacción de que las instituciones, los medios de comunicación y la opinión pública han sido unánimes en reconocer la determinación y valentía con las que actuó, elevándole a la categoría de héroe ciudadano.
Pero podríamos decir que ya lo era antes de ese día aciago. Lo era en la medida en que en España (más allá de la generalizada crítica a los apaños de los partidos y a su exiguo respeto por la voluntad de los electores) no abundan los defensores sustanciosos de una auténtica representación política. Y Neira, no sólo como profesor de Teoría del Estado en la Universidad Camilo José Cela, sino en multitud de exposiciones orales o trabajos escritos, asumió ese más ignoto papel -ingrato también, porque pasa factura con otro tipo de golpes- de defensor civitatis.
¿Reforma electoral, o puro maquillaje?
La última de esas ocasiones en las que Neira tomó la pluma para proclamar la insuficiente representación de los españoles en nuestro sistema político fue en el número 150 (julio-agosto) de la revista de pensamiento Razón Española, fundada en 1983 por Gonzalo Fernández de la Mora (1924-2002).
La ocasión es de máxima actualidad. En el Congreso de los Diputados se han presentado varias proposiciones de reforma de la ley electoral, por parte de CiU (para el Parlamento Europeo), IU y UPD. El sistema actual de recuento de votos y asignación de escaños lleva en una provisionalidad de treinta años desde que fue pergeñado en 1977 para las primeras elecciones, y apenas se toca porque en sus líneas generales conviene a todos los partidos. En el artículo "Proposiciones de reforma electoral" (pp. 56-76), Jesús Neira explica en qué consisten las demandas de Josep Antoni Duran i Lleida, Joan Herrera y Gaspar Llamazares, y Rosa Díez, e ilustra la exposición con cálculos y cuadros sobre la Cámara Baja que resultaría de su aplicación.
Izquierda Unida propone reducir el número mínimo de diputados por provincia, aumentar en 50 el tamaño del Congreso, y crear un distrito global para la asignación de restos, con un reparto que consiste en sustituir el método D´Hondt por el método Webster: básicamente, un cambio de divisor que dejaría intactos los resultados de los comicios del 9 de marzo en 39 de las 52 provincias. En las demás, el PSOE perdería 8 escaños por 3 el PP, saliendo beneficiados IU (+5), ERC (+2), EA (+1) y Nueva Canarias (+1, ahora no tiene ninguno). Poca variación, salvo para la coalición comunista-ecologista.
En cuanto a la propuesta de Rosa Díez, los cambios son algo más complejos: también llegaría a 400 el número de escaños, pero la mitad de ellos saldrían de una circunscripción nacional, y en los demás cobraría protagonismo la comunidad autónoma en detrimento de la provincia. Los cálculos de Neira muestran que los beneficiados serían UPD y otra vez IU, pero sobre todo PSOE y PP. Sin embargo, el plus de estabilidad parlamentaria que obtendría el Gobierno (objetivo de la reforma de Díez, dirigida a quitar peso a los nacionalistas) apenas mejora en un 1%, y la mayoría absoluta seguiría dependiendo de terceros partidos.
El verdadero problema
Pero ni IU ni UPD tocan el verdadero núcleo del problema, sostiene Neira, que es la falta de representatividad del sistema. En efecto, que el Ejecutivo dependa del Legislativo, y por consiguiente de pactos postelectorales cuando no disponga de la mitad más uno de los escaños, es inherente a la naturaleza del régimen parlamentario, y no debería escandalizar tanto. (Que esos pactos sean con partidos nacionalistas -nos permitimos añadir- es una peculiaridad española por desgracia insoslayable, y no sería tan grave si la Constitución no hubiese dejado abierta la estructura del Estado, otorgando a dichos grupos la posibilidad de un chantaje permanente que en las últimas tres décadas les ha ido acercando a sus objetivos.)
Lo que censura Neira no es tanto esa necesidad de formar mayorías, como "la acumulación y concentración del reparto [de escaños] en la cúpula de los partidos". La cupulocracia, como la define, es una "farsa de representación", porque la verdadera representación está vinculada al distrito: esto es, a una cámara con tantos asientos como distritos, todos de aproximadamente la misma población, donde cada diputado es elegido mediante un sistema mayoritario y ha tenido que ganarse el puesto directamente ante sus electores. Así sucede en el Reino Unido entre los regímenes parlamentarios, o en Francia y Estados Unidos entre los regímenes presidencialistas.
Es pues (concluye el Neira-pensador con no menor arrojo que el demostrado por el Neira-ciudadano) la ley electoral proporcional la que frustra la representación popular en beneficio de los comités dirigentes de los partidos, y aboga sin ambages por un cambio que necesariamente tendría que partir de una reforma constitucional y contribuiría a reconciliar a los ciudadanos con sus políticos.
Si un tributo pueden rendirle éstos a Jesús Neira, más allá de medallas y homenajes que acabarán dándose de bruces con la realidad de nuestro sistema penal (la mano blanda con el delincuente), es someter al menos a reflexión la pertinencia de sus consideraciones.
La blogsfera también se ha manifestado unanimemente a favor del Profesor Ferrolano.
ResponderEliminarEspecialmente conmovedor el artículo del Profesor Carlos Abreu Amorim en "Correio da Manhá", titulado "Martirio de Jesús"