CUANDO era todavía un lechuguino, el inmenso y plural Álvaro Cunqueiro escribía novelas del Oeste, al modo de las de Buffalo Bill, en las que los indios hablaban en gallego y los demás -vaqueros, colonos, predicadores y soldados del Séptimo de Caballería- lo hacían en castellano. El maestro de Mondoñedo las veía venir y en los años veinte hizo posible lo que hoy resulta inalcanzable, un bilingüismo sin drama, hijo de la riqueza cultural y no herramienta para la división social y la clasificación política. En nuestros días, la deformación nacionalista, a partir de una mala digestión del Título VIII de la Constitución del 78, ya no se conforma con el bilingüismo y, si juzgamos por los hechos, más que el uso y el brillo de los respectivos idiomas locales, lo que promueven es la desaparición del castellano, el idioma que en el mundo conocen como español.
En Cataluña, el tripartito que gobierna presidido por José Montilla le enmienda la plana a la diversión juvenil de Cunqueiro. Nada de bilingüismo contemporizador. Los indios y los blancos tienen que hablar en catalán y, en caso contrario, que se atengan a las consecuencias. Para conseguirlo, del mismo modo que financian el doblaje de películas al catalán que cuestan una fortuna y que, según taquilla, son pocos quienes las quieren ver y oír en su propio idioma, los sabios de la Generalitat han dispuesto una campaña para que los inmigrantes, que no son pocos, aprendan catalán y, sobre todo, rechacen el castellano. Un disparate que, como tantos otros, cursa con cargo al Presupuesto sin generar mayores repulsas en una sociedad que, en el mejor de los casos, sestea insensible ante el mal uso que el Estado, en su diversas Administraciones, hace de los brutales, incluso confiscatorios, impuestos a que estamos sometidos.
En lo que se me alcanza, que cada día es más difícil estar al tanto de lo que aquí acontece porque el partido exclusivista de la Oposición se dedica a sus verbenas y justas endogámicas, sólo Rosa Díez, la diputada de UPyD, se ha dirigido al complaciente Gobierno del risueño José Luis Rodríguez Zapatero para denunciar la discriminación que padecen cientos de familias españolas que no pueden educar a sus hijos en castellano en las Autonomías que pudiendo ser bilingües quieren, pobrecitos, reducir su espacio y su futuro al monolingüismo y, por ello, cocerse en su propio jugo hasta alcanzar la esterilidad plena y la incomunicación absoluta.
Aseguraba Cunqueiro que los lobos gallegos eran plenamente bilingües. Lo serían en aquellos tiempos en los que escribía Poemas do si e non. Hoy las faunas gallega, vasca y catalana solo aúllan, gruñen, arrullan, maúllan, ladran, balan, pían y rebuznan en el idioma local. Es lo políticamente correcto y lo más conveniente para que las más mínimas tallas de políticos profesionales puedan ser alguien en su pueblo. Fuera de él se quedan en nada.
Bravo por la diputada Díez, por la denuncia en el Parlamento Español.
ResponderEliminarEn otro paralamento Autonómico también se ha pregundo a los continuadores de la causa, PSC, porque siguen con la inmersión liguistica de una sola lengua.
Y muchas otras personas que denuncia esta desinrazón en blog como este.
Muchas gracias Luis.
Gracias, Anónimo, por apoyarnos en la lucha contra esta sinrazón.
ResponderEliminarLo que sí quiero enfatizar del comentario anterior, es que el parlamento autonómico al que se refiere es el de CATALUÑA, y quienes preguntan continuamente a los gobernantes son los incansables parlamentarios de CIUDADANOS (C's), desde hace 2 años.